Perlitas
Juever, 12 de Abril de 2012
Para quienes escribimos desde el corazón, con tinta de
sangre, con emoción que hace brotar agua de los ojos, escribimos y las palabras
son puñados, pedacitos de alma lanzadas al viento, no sabemos nunca donde va, a
quienes llega, simplemente escribimos porque nos urge la necesidad de plasmar
esos sentimientos, esos pensamientos, eso que sentimos tan fuertemente,
latiendo al compas de nuestro espíritu…
Así fue que una madrugada, deambulando por mi teclado, nació
“Agua y Chamamé”, rápido, de una sola vez, cada palabra venía sola detrás de la
otra, quise contar lo que es el chamamé para mí, la música del agua, así como
la chacarera es de la tierra, y el poder inconmensurable que tiene de
apaciguarnos, de curarnos, de alegrarnos el alma, pensé en Marily Morales Segovia
que me confesó que siente que se cura cuando escucha chamamé, pensé en los
colores, los olores, los sonidos todo lo que se me ocurre cuando escucho
chamamé, cuando viajo en sus melodías, y la dejé salir, con versos sencillos,
sin rebusques, con sinceridad absoluta, con los errores métricos de quien
escribe sin haber aprendido académicamente, en fin escribí con el alma…
Publiqué mis versos junto a una imagen simple y contundente
de una gota de agua a punto de caer, quien sabe en qué oídos! Como el Chamamé,
para germinar todo eso que las buenas semillas saben germinar, y un buen amigo
la vio en la Revista Corrientes es Chamamé 2012, un maestro chamamecero de
tierras lejanas, de Río Grande do Sul en Brasil, Juliano Javosky, a quien tuve
el gusto enorme de conocer en la Fiesta Nacional del Chamamé junto a su esposa
y su maravilloso grupo, de corraleras bordadas, la de él con una bandera
argentina, con una delicadeza que me llamó la atención y así disfrutamos una
charla entretenida y llena de entusiasmo por nuestro chamamé, conocí cómo lo
interpretaba y ví la respuesta de la gente que cada vez se sorprende más de
escuchar nuestra música hecha con calidad y respeto por músicos de otras
tierras.
Juliano me preguntó si ya tenía música, le dije que no,
inmediatamente se ofreció a crearle una que ya sentía y quería darle a estas
palabras hechas versos, y así con muchísima gratitud de mi parte y mucha
alegría de los dos, nació esta canción, mi primer chamamé!
Silvia Muñoz Velcheff
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